La malnutrición es una complicación frecuente y grave en pacientes oncológicos que contribuye a un peor pronóstico, una mayor toxicidad de los tratamientos y una pérdida significativa de calidad de vida. La malnutrición se caracteriza por una carencia de energía, proteínas y otros nutrientes que perjudica la función fisiológica y los resultados clínicos y se le atribuye al 20 % de las muertes en cáncer al reducir la tolerancia al tratamiento y la fuerza física. En el cáncer, esta malnutrición es especialmente compleja por la disfunción metabólica que degrada el músculo esquelético y el severo deterioro del apetito, lo que genera un balance energético negativo. Por ello, los ensayos se centran en intervenciones que mejoren el apetito y la ingesta calórica, con el objetivo principal de aumentar o, al menos, conservar la masa magra.

En este contexto, un reciente ensayo clínico aleatorizado y controlado, aporta datos muy relevantes sobre el papel de la proteína de suero de leche como estrategia nutricional de apoyo.

1. Diseño del estudio

  • Población: 135 pacientes con cáncer (pulmón, estómago, esófago, páncreas, colon, hematológico, mama, cabeza-cuello) y malnutrición definida por una pérdida de peso ≥ 10 % en los últimos 6 meses, candidatos o en tratamiento activo de quimioterapia.
  • Duración: 12 semanas, con seguimiento y refuerzos nutricionales en caso de ingesta insuficiente (< 60 % de los requerimientos calóricos).
  • Grupos de intervención: Grupo 1. Proteína de suero (PS): asesoramiento nutricional personalizado + 20 g diarios de proteína de suero. Grupo 2. Asesoramiento nutricional únicamente (AN): asesoramiento nutricional personalizado sin suplementos.
  • Refuerzo nutricional: si la ingesta era < 60 % de necesidades durante dos semanas, se administraban batidos hipercalóricos y ricos en proteína (300–600 kcal, 20–40 g proteína), sin propiedades funcionales adicionales.

2. Resultados clave

Contenido del artículo

El resultado primario fue el cambio en el ángulo de fase (PhA), una medida derivada del análisis de impedancia bioeléctrica (BIA)*, evaluado a las 12 semanas. Los resultados secundarios incluyeron cambios en PhA a las 4 semanas, fuerza de prensión manual (HG), peso corporal, índice de masa libre de grasa (FFMI), calidad de vida (QoL) y toxicidad relacionada con la QT (una puntuación compuesta de gravedad de los síntomas en una escala de 1–5 para náuseas, vómitos, diarrea, anemia, neutropenia, etc.). Los resultados se informaron como diferencias de medias entre grupos y sus intervalos de confianza al 95 % (IC). PhA se expresa en grados (°).

3. ¿Qué relevancia tiene?

  • Validez externa: al tratarse de un ensayo pragmático, los resultados reflejan la efectividad de la intervención en condiciones reales de práctica clínica, no solo bajo un protocolo estricto de laboratorio.
  • Mejora global: la proteína de suero no solo preserva o aumenta la masa magra y la fuerza muscular, sino que reduce de forma significativa la toxicidad asociada a la quimioterapia, lo que puede traducirse en mejores tasas de continuidad y adherencia al tratamiento.
  • Adherencia y dosis efectivas: aunque la ingesta media apenas alcanzó 1,2 de las 2 tomas de suero diarias recomendadas, los beneficios fueron evidentes. Al excluir en un análisis de sensibilidad a quienes tuvieron baja adherencia (< 50 % de la dosis), el aumento de PhA fue aún mayor (+0,64 °; IC 95 % 0,18–1,11 °).

4. Ánalisis Crítico

  • Pros: El diseño pragmático y el método de aleatorización (bloques por ordenador) eran apropiados. Ambos grupos recibieron igual asesoramiento nutricional, de modo que la suplementación con proteína de suero fue la única diferencia. Los resultados primarios y secundarios se especificaron de antemano.
  • Contras: la heterogeneidad de los siete tipos de cáncer y el tamaño muestral impidieron realizar análisis de subgrupos por localización tumoral. El número promedio de ciclos de QT (≈3) fue inferior al habitual (4–8), limitando la extrapolación a tratamientos más prolongados. Además, los pacientes se definieron como malnutridos, no como caquéxicos, por lo que no pueden generalizarse a la caquexia específica. Futuras investigaciones deberían comparar la proteína de suero con otras fuentes proteicas.

5. Hallazo Interesante

Aunque la ingesta energética media fue similar (29 vs. 26 kcal/kg/d), el grupo PS requirió menos sustitutos de comida (21 vs. 37 pacientes) y tuvo mayor ingesta proteica (1,26 vs. 1,05 g/kg/d). El análisis de sensibilidad, excluyendo a los de baja adherencia (< 50 % de la dosis recomendada), mostró un efecto mayor en PhA (0,64°; IC 95 %, 0,18 a 1,11°). Estos datos sugieren un beneficio independiente de la proteína de suero en el contexto nutricional oncológico.

6. Conclusiones

Aunque se necesitan comparaciones con otras fuentes proteicas para aislar el efecto específico de la proteína de suero, los resultados pragmáticos sugieren que su uso clínico puede ser efectivo para mejorar el estado nutricional y reducir la toxicidad de la quimioterapia en pacientes oncológicos malnutridos. Estos resultados invitan a considerar la incorporación de esta suplementación como parte del manejo integral del paciente con cáncer, con el objetivo de preservar su masa muscular.